La población de Graus, en la puerta de los Pirineos centrales, es, además de capital comarcal, la cabecera de un gran municipio que engloba una serie de pequeños pueblos y aldeas, en los que se conservan y pueden contemplarse notables vestigios de nuestra historia.
El municipio de Graus está formado por los núcleos de Abenozas, Aguilar, Aguinaliu, Bafaluy, Bellestar, Benavente de Aragón, Castarlenas, Centenera, Ejep, Erdao, Graus, Grustán, Güel, Juseu, Panillo, Pano, Portaespana, La Puebla de Fantova, La Puebla del Mon, Pueyo de Marguillén, El Soler, Torre de Ésera, Torre de Obato, Torrelabad, Torres del Obispo, Torruella de Aragón y Las Ventas de Santa Lucía.
Diferentes excursiones e itinerarios dentro del municipio nos permiten descubrir enclaves naturales y monumentos artísticos de gran valor y belleza.
Folleto Graus más que un núcleo
Por un lado, al noroeste se encuentran las sierras de Grustán y Panillo, con un patrimonio protagonizado por el despoblado de Grustán y su iglesia de Santa María, la parroquial de Torre de Obato, la población de Panillo, con su prensa de aceite y los restos del castillo medieval, la ermita de San Antón de Pano (siglo XI) y el templo budista Dag Shang Kagyu.
En el otro flanco, al nordeste, y más allá del bello conjunto histórico de La Puebla de Fantova, se abre todo un valle plagado de despoblados de gran valor estético, y entre los que se erige majestuoso el castillo de Fantova y su iglesia de Santa Cecilia, ambos del siglo XI. En los alrededores también destacan poblaciones como Benavente, y la ermita de la Virgen de las Rocas de Güel, una de las primeras construcciones románicas de Aragón.
Al sur de Graus, inmerso en un paisaje más agrícola y mejor comunicado, hallamos los cascos urbanos de Pueyo de Marguillén y Torres del Obispo; y en torno a las poblaciones de Juseu y Aguinaliu un rico conjunto compuesto por las salinas medievales, restos arqueológicos y un legado declarado Patrimonio de la Humanidad en 2003: las yeserías mudéjares de la parroquial de Juseu y la ermita del Santo Cristo de Aguinaliu.
Como eje de estos tres ámbitos, el río Ésera, que en su discurrir por el municipio ha condicionado nuestro paisaje y patrimonio, desde los yacimientos del cauce en Forcas (Graus) al molino harinero de Las Ventas.